2001- Odisea en la Academia: ellas dibujan

Abstract

La construcción de los espacios que habitamos no es neutra, como tampoco lo es la producción de conocimiento: ambos tienen un sentido cultural. El diseño se limita, jerarquiza y valora desde las estructuras de poder androcéntricas y la arquitectura, en realidad, universaliza como neutro un modelo masculino en el que el cuerpo de la mujer y el de las minorías están ausentes, reprimidos y olvidados. La pretensión objetiva científica y técnica ha dominado los procesos de proyecto desde las escuelas a través de un dibujo para el diseño y la construcción de los espacios. Desde la segunda mitad del siglo XX, esta representación codificada de la arquitectura
ha ido evolucionando a un instrumento de análisis, interpretación, comunicación e incluso crítica, convirtiéndose en el medio a través del cual poder expresar sin palabras una
oposición a lo establecido. En ocasiones, camufladas en proyectos fin de estudios surgen desde la propia Academia “otras” arquitecturas. Emergen desde el deseo común de transformar la realidad que les rodea, desde la resistencia, muchas veces desde el género. Estos otros discursos que plantean nuevas formas de operar en el espacio requieren otros procedimientos gráficos: proyectamos lo que podemos dibujar. En marzo de 2001, la arquitecta Izaskun Chinchilla presentó su proyecto fin de carrera (PFC) en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM). Bajo el título de Proyecto para la reforestación artificial del parque de Retiro
de Madrid defendió una enorme y densa producción gráfica híbrida que fundía lo artesanal, lo digital, lo intuitivo y lo científico, y que anticipaba un imaginario más que humano ilustrado por unas arquitecturas menores ecofeministas.